Una joven que probablemente vivió entre el 1300 y 1070 a.C en tiempo de los faraones.
Los restos de la mujer aparecieron hace cuatro años en los confines de Deir el Medina, un poblado de artesanos y obreros emplazado cerca del Valle de los Reyes.
Con los achaques propios de quien estuvo 3.000 años bajo tierra, esta momia se convirtió en un interesante enigma a descifrar. Se le realizaron numerosos exámenes y por estos dias se publicaron los primeros resultados.
El esqueleto se piensa que debió pertenecer a una mujer de la élite o a una alta funcionaria. "Los estudios científicos y arqueológicos revelan que se trata de la momia de una mujer que probablemente vivió entre el 1300 y 1070 a.C. y falleció cuando su edad oscilaba entre los 25 y los 34 años", señala Mustafa el Waziri, secretario general del consejo supremo de Antigüedades del Museo del Cairo.
Adherida a su carcomida piel aún resultan visibles unos 30 tatuajes distribuidos por cuello, espalda, brazos y hombros.
El hallazgo, efectuado en 2014, está firmado por una misión arqueológica adscrita al Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO), una institución con sede en El Cairo.
Los dibujos retratan toros, ovejas, monos, flores de loto y el ojo de Horus (Udyat), un amuleto mágico y protector que simboliza el orden, lo que permanece imperturbable. Un universo simbólico tallado sobre el cuerpo con una intención de dotarse de prestigio que, según las autoridades egipcias: "refleja que la momia pertenece a una mujer que gozó de un importante estatus religioso a lo largo de su vida".
A pesar de los intensos análisis de los que ha sido objeto -entre ellos infrarrojos-, como era de esperar, la momia sigue guardando sus secretos.
Los expertos no han logrado, de momento, identificar los títulos y cargos que ocupó aunque interpretan que debieron ser de importancia.
Es el primer esqueleto que exhibe tatuajes figurativos. "Los hallados hasta ahora en otras momias del antiguo Egipto presentan garabatos simples como puntos o pequeñas líneas pero jamás escenas ni figuras como las que encontramos aquí", dice El Waziri.
Han llevado a esta primera tatuada a un destino temporario en la tumba TT291, la sepultura de Nakhtmin and Nu, que fuera un funcionario de Tebas que halló el descanso eterno en Deir el Medina, situado en la orilla occidental de la actual Luxor, a unos 600 kilómetros al sur de El Cairo.
Según la expedición que la desenterró, la oquedad proporciona las mismas condiciones ambientales de su enterramiento original. Su descanso seguirá alterado por la investigación.
Una de sus momias tatuadas más famosas es Amunet, una sacerdotisa de la diosa de Hathor, que fue descubierta en la ciudad de Tebas. En ella se observan varios puntos y líneas tatuadas sobre su cuerpo.
En la momia de Asecond se encuentran los mismos modelos, pero además tenía punteada su zona pélvica baja, con esto se llegó al consenso de que en Egipto los tatuajes se utilizaban solo en las sacerdotisas. Se cree que era realizado casi exclusivamente por mujeres y que era un proceso donde se demostraba valentía o confirmaba la madurez.
De Egipto provienen los pigmentos de henna y antiguamente se utilizaban agujas de oro.
Se cree que los egipcios utilizaban el tatuaje en forma de prevención contra enfermedades, peligros y también un sentido mágico.
Autor: Francisco Carrión, para El Mundo.
Ver nota original: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2018/10/18/5bc8682b46163fe15b8b4637.html
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